La música que desnuda lo exótico; Notas de Baal Zebub.

La música que desnuda lo exótico; Notas de Baal Zebub.

Namio Harukawa

Texto: Baal Zebub
Imágenes: Namio Harukawa

No hay nada mas exótico que escuchar las piezas musicales de Chopin, en especial las notas nocturnas. Sin duda, no hay cosas mas hermosa que el imaginar tu cuerpo desnudo, idealizar tus tetas que caen con la fuerza de gravedad y ver cómo poco a poco tus pezones se van erizando
cada vez que el viento decide rosarlos.

Y es que todo un placer visual ver como tu hermosa piel se encoge y cambia de textura y de color cuando mis yemas la tocan. Pero nada de eso se compara cuando se llega al éxtasis, tal y como el magnífico Chopin hace vibrar las teclas del piano, tu bella dama, haces vibrar cada bello de este simple cuerpo. ¡oh hermosa musa!, tu piel delicada se muestra tan deseable; cual si fuera una hoja en blanco que exige que uno plasme un poema lleno de amor y sadismo.

Namio Harukawa

Pues tus redondas nalgas puedo escribir con las palmas; describiendo todo el deseo, las pasiones y más que nada puedo sacar el lado salvaje que tu cuerpo exige que le haga. Son esos pequeños labios rosados que invitan a morderlos, cogerlos con los dientes y de manera lenta hacerte para atrás para que el efecto de tal acción sea que se pongan rojos. Es ese frágil y delgado cuello que en mis manos encaja perfectamente, el cual es apretado mientras eres mordida de los labios y con mi otra mano aprieta
tu pezon.

Namio Harukawa


Contemplarte postrada de rodillas, viendo como te deleitas con mi cuerpo, es todo una experiencia afrodisíaca. Es todo un deleite observar cómo esos carnosos labios devoran cada pliego de mi piel, mientras tu cuerpo es testigo de la lujuria que desatas con tus pequeñas perversidades. Y es que tu inocencia es sólo un velo que cubre todas las depravaciones que tus
hermosas y bien aventuradas nalgas desatan.

Namio Harukawa

No espero el momento en que mis dedos se deleiten tocar los labios de tu vagina, cuya sensación de humedad, ver el hermoso color rosado ¡oh, Diosa Afrodita! pareciera que vuestra magnificencia haya esculpido esa belleza, para que este ser depurado, demonio de la lujuria los quebrantara a la menor provocación.

Namio Harukawa

Querida Alicia, no pretendo seguir con este relato. La causa no es mas que la obra musical de Chopin comienza a terminar y no pretendo culminar con mis pequeñas intenciones sino esta acompañada de la música angelical que el compositor polaco nos deleitara. Pero espero tener un poco más de tiempo, para contarle cómo es que en un espacio físico determinado pasamos a ser de dos, a Uno.
Salud y Saludos

Namio Harukawa

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