Sesión cannábica:
Cuatro pincha discos en un día pacheco.
Texto: Mugre Citadina
Imágenes: Mugre Citadina
Fue el Día Mundial por Liberación de la Mariguana, cada 4 de mayo se convoca a una mega marcha en la CDMX y toda la República Mexicana, apostando que “si lo natural es ilegal, la libertad es una mentira”. Para nosotros la mota es algo común, entre amigos la fumamos, nos relaja para iniciar una buena charla, beber cerveza, así que decidimos reunirnos en el Centro Histórico de la Ciudad de México para hacer actividades cannábicas.
Era una tarde muy ardiente, mis amigos Madamme St. Reggae, Junk Wild y El Surco, recién llegados del Caribe comentaban que el calor de la CDMX es decepcionante, por lo cual se notaban un poco tristes. Yo me dispuse a escuchar las anécdotas de su viaje, mientras, decidimos ponchar un porro y abrir una caguama en casa de junk antes de partir a marchar.
Mentiría si afirmo recordar de qué platicábamos, corría el toque y la caguama… Kathe a su regreso del viaje se rompió la nariz … Surco tenía una playera de ciclista dibujada como la planilla de LSD cinco bicicletas, que era única.
Partimos a la concentración cannábica, mientras caminaba pensé cómo describiría a mis colegas.
Comencé por mi bby Kathe, mejor conocida como Madamme St. Reggae en el mundo vinilero, su sonrisa particular resuena al caminar, ella es una experta en consumir sustancias psicoactivas para seguir la fiesta, a pesar de ser la más joven, recorre lugares exóticos alrededor del mundo con su maleta llena de discos y estupefacientes.
Junk Wild … nos conocemos desde hace tantos años, siempre en el rock y el LSD, se caracteriza por ser vivillo para los negocios, tiene buen habla y le gusta la mota.
El Surco, ese moreno recién llegado del Caribe con su bicicleta, como perdido en la Ciudad, es desfachatado, fumando marihuana por la calle, afirmando que no le importan los policías.
Al fin llegamos a la concentración en la Alameda, esperando que fueran las 4:20 para iniciar, entre un contingente gris y humeante comenzamos a marchar. Desde un inicio me dispuse a reportear con la cámara para capturar mujeres cannábicas, pues era la misión que se me había encomendado.
Íbamos detrás del carro alegórico con un un dj electro, sonaba muy prendido, entre la gente murmuraban que hubiera sido mejor un reggae, yo pensé lo mismo, con mis amigos apenas desempacados del Caribe, el sol quemando, tanta tanta mariguana, se creó un ambiente relajado.
Sin duda, el gran contingente que formamos para llegar a Zócalo no se distinguía por gritar consignas fuerte, entre algunos murmullos se escuchaba “ Pachecos unidos, jamás serán torcidos”. No obstante, protestábamos fumando en todos los formatos, bongs, toques, hachis en hitter, consumiendo comida cannábica.
Por ahí se asomaba el pulque, las chelas y no dudo que otras drogas. Lo anterior, no fue un obstáculo para que la protesta culminara de manera pacífica.Llegando a la Plancha del Zócalo, esperaba ver un mitín, sin embargo, el contingente se disperso.
De nuevo juntos los cuatro amigos, en condiciones que yo denominaría como muy fumigados, no tardamos mucho en pensar en un mochis, momento adorado por los pachecos para bajonear, osea comer deliciosamente, ya que, como sabemos nuestra amada plantita tiene propiedades que producen hambre y sensibilizan al paladar.
Acordamos ir a las pizzas en la calle de Madero, entre risas y anécdotas, momentos de pacheques, pedí una cerveza Montejo, para regresar al ambiente caribeño, a lo que todos me vieron raro, pues no era un caguamón auténtico.
Regresamos al departamento de Junk Wild, a hacer la sesión de vinilos cannábica. Personalmente me sentí muy bien, todos trabajamos en equipo para montar el set, grabar las sesiones y transmitir en vivo por Fecebook.
Seguíamos en un alto nivel de pacheques, Madamme St. Reggae al fin nos complació con música jamaicana, El surco siempre ritmos soul y R&R, junk en hipster y la Mugre… Quién va a describir a la Mugre?
